¿Quién cuida a la policía?

Columna de Opinión: “así es esto de las gelatinas...”

Por Jorge Davish
Desde que inicie labores como reportero a finales de la década de los noventas conocí mediante denuncias la corrupción e impunidad que impera en el sistema de justicia y en las policías del estado, varias veces fui amenazado por policías y agentes ministeriales por el único delito de informar, ya que pocos periodistas se atreven a tocarlos, todos prefieren ser sus amigos para obtener acceso a investigaciones, salir, bailar e ir de parranda con ellos, la situación nunca mejoró a pesar de reiteradas denuncias, incontables columnas como esta que hoy entregó, nunca fueron suficientes para que el gobierno del estado y las instancias del Poder Judicial investigaran y castigaran a los malos elementos, a lo sumo emprendían “visitas sorpresas” y acciones limitadas y a veces hasta burdas para supervisar o vigilar a quienes están encargados de administrar justicia e investigar delitos, pero no hay institución o una persona que de manera efectiva vigile la actuación de los anteriormente denominados judiciales -luego denominados ministeriales y hoy agentes investigadores- lo mismo que no hay nadie que de manera real y efectiva cuide la actuación de Ministerios Públicos y juzgados civiles, los malos elementos, policías jueces, peritos, secretarios y demás fauna del sistema de procuración de justicia actuaban con libertad para cobrar por investigar, para fabricar pruebas o desaparecerlas y con ellas inclinar la balanza, casi siempre a favor de quien más dinero tiene o de quien tienen más poder político o mejores palancas, por ello en julio de 2015 se implementó un nuevo sistema, un nuevo sistema con el viejo personal y sus malos hábitos, por tanto no creemos que logre a mediano plazo el objetivo de mejorar la impartición de justicia, sino que incluso a la larga el acceso a la justicia será incluso lo más alejado de las personas que son víctimas de un delito, sin embargo lo sucedió con un par de comerciantes de Tepeji es un parteaguas, una oportunidad para cambiar el balance de la situación, hoy por primera vez los habitantes de Tepeji creen y ven la fuerza de las redes sociales al denunciar una extorsión a manos de dos ministeriales que ya fueron detenidos y que enfrentan proceso y una posible condena de 13 años de prisión, misma que tal vez se traduzca en la mitad del tiempo, pues al final sólo hay una denuncia por extorsión en contra de estos dos elementos, pues si se suman más denuncias seguro la condena podría ampliarse o incluso conseguir la máxima condena en la entidad.

Jersaín Núñez y Janet Castro decidieron hacer de lado el miedo, fueron amenazados de secuestrar a sus hijos sino pagaban diez mil pesos por los dos agentes, a pesar de que no se les encontró elementos para vincularlos a proceso debido a una llamada anónima que alertaba que vendían droga casi enfrente del centro de Tepeji, dichos agentes pidieron dinero para dejarlos en paz.

Su historia es parecida a la de muchas personas que entrevisté en casi 18 años, las más comunes que iban desde el cobro de gasolinas y dinero para agilizar investigaciones, lo mismo que para ayudarlos a ser sentenciados inocentes o todo lo contrario, para ello ofrecían encontrar testigos, alterar, crear o desaparecer pruebas, alterar peritajes, todo ello con complicidad de distintas instancias, desde Ministerios Públicos hasta jueces e incluso policías municipales y estatales.

No hay nada nuevo bajo el sol cuando relatamos este tipo de denuncias, el nuevo ingrediente ta ocasión fueron dos personas que cansadas de tanto agravio, y sabiendo que no tenían nada que perder pues sus vidas ya habían sido amenazadas, decidieron denunciar a través de un video publicado en nuestro espacio estos delitos, la respuesta llegó casi de inmediato por la Procuraduría General de Justicia del estado de Hidalgo que desde su cuenta en Facebook garantizaron la seguridad de la familia afectada y ordenaron una investigación rápida que duró desde el día en que el video fue publicado hasta hoy tan sólo 13 días, ya que hoy 5 de octubre dos elementos fueron vinculados a proceso y fueron aprehendidos luego de que se hallaron elementos suficientes para tomar medidas cautelares en tanto se les sigue proceso, en este caso se habla de una pena de hasta 13 años de cárcel, que al final podrían ser mucho menos de la mitad.

Infinidad de casos en los que el dinero inclinó el sistema a favor de una de las partes fue el pan de cada día para cientos de afectados, los Ministerios Públicos y juzgados se convirtieron en infiernos para el pobre y en paraísos de impunidad para quienes podían comprar a jueces, agentes o peritos corruptos, a tanto dinero tanta justicia era el lema que predominaba en la práctica, pero nadie hacia caso, menos las autoridades en Pachuca, pues no les bastaban denuncias y pruebas, querían prácticamente confesiones de los malos elementos para así poder actuar, y cuando hallaban culpables aplicaban el cambio de región, pero nunca eran corridos y menos eran enjuiciados, el sistema así era.

Desde 2015 se implementó un nuevo sistema de justicia penal en Hidalgo, los políticos desde entonces manifestaron una fe ciega en que el sistema habría de mejorar la administración de justicia, que sería la gran panacea, pero en la práctica esta sucediendo lo contrario, y si antes la población en general no confiaba en Juzgados, Ministerios Públicos y en la policía investigadora o como todo el mundo lo conoce, ministeriales, pues ahora menos.

Precisamente la denuncia de extorsión, amenazas y abuso de poder que fueron denunciados ante la Visitaduría de la Comisión Estatal de Derechos Humanos por parte de los comerciantes de Tepeji -ya que era obvio que no podía denunciarlo en el MP al ser juez y parte la policía que investigaría la denuncia- pone en tela de juicio al nuevo sistema, la población opina que no funciona y menos si operan los viejos empleados con sus viejas prácticas.

Nadie cuida a la policía investigadora, nadie vigilaba a los jueces (hoy hay una figura de control al menos) nadie vigila en México a los federales y los soldados ante abusos, por eso nadie o pocos se atreven a denunciarlos, porque son figuras prácticamente intocables.

Por ello la urgente necesidad de que más gente como estos dos comerciantes decidan poner fin al abuso de un sistema y poner fin al engranaje de la corrupción, pues nada va a cambiar de arriba para abajo y la denuncia es una parte importante de ese cambio, pero ¿dónde denunciar a jueces, agentes investigadores, peritos, agentes del Ministerio Público, policías o soldados en México?

Por eso urge que las personas que acuden a estas instancias de justicia tengan una figura a cual acudir en caso de ser extorsionados o de recibir un trato indigno o que afecte su derecho a la procuración de justicia, urge que las contralorías dejen la comodidad de sus oficinas en Pachuca y que se trasladen a los municipios para que los servidores públicos sepan que la política de Cero Corrupción que implementó el gobernador Omar Fayad va en serio, si bien es un buen mensaje que se haya dado resultados de una investigación en 13 días, es bueno que no quede en llamarada de petate y que permita revisar a fondo como están trabajando los elementos en juzgados, ministerios públicos y policías investigadoras, pues amen de ser “quema pueblos” no creemos que lo sucedió en Tepeji sea un caso único aislado, tenemos entonces los ciudadanos que poder denunciar cualquier delito que cometan estas personas, tenemos que conocer que mecanismos de control se les aplican y sus resultados.

Hemos visto policías estatales ebrios chocando y saliendo bien librados, ministeriales echando balazo en bares, jueces con costosas mansiones y costosos autos y ropa, el abuso de estos servidores públicos todos lo hemos padecido en alguna ocasión, sin embargo necesitamos denunciarlos cuando pidan dinero, pero igual debemos como ciudadanos dejar de ofrecerlo pues para que se configure la corrupción siempre tendrá haber alguien que ofrezca dinero o bienes y alguien que los reciba.

La última y nos vamos

En redes vimos mucho apoyo para Jersaín y Janet, muchas felicitaciones y expresiones de júbilo por su valor, pero ellos no podrán cambiar un sistema corrupto que entrega impunidad a ricos, políticos o delincuentes, tampoco lo haremos únicamente los periodistas que mucha sangre ya hemos derramado por las causas sociales, hoy lo que hace falta es asimilar el valor de estas dos personas, dejar el miedo y hacer denuncias, hoy estamos ante la mejor oportunidad de que todos hagamos la diferencia, y no sólo en este caso, sino siendo mejores ciudadanos, mejores padres, mejores hijos, trabajadores ejemplares en nuestros empresas o labores, predicando con el ejemplo, pues el ejemplo arrastra, hoy estamos ante la oportunidad de no dejar que nuevamente jueces, ministerios públicos, ministeriales, policías estatales, municipales, federales y soldados, crean que están por encima de la ley gracias a un pueblo miedoso, sumiso y callado, hoy se ha dado un primer paso pero aún hay mucho por hacer, y sólo haciendo la parte que nos toca dejaremos de ver como estos seres venden la justicia, como fabrican culpables y como por ende se enriquecen de manera inexplicable en un abrir y cerrar de ojos, hoy podemos frenar que sigan creyendo que tener una placa es sinónimo de hacer lo que les venga en gana, hoy es la oportunidad de decirles, que portar una placa es un orgullo y un honor por el simple hecho de servir a un pueblo y a la justicia.

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