Columna de opinión Por:Jorge Davish Todo mundo parece muy interesado en candidatear a ciudadanos, políticos o empresarios para el próximo proceso electoral en el que se renovará el Gobierno Municipal de Tepeji del Río, pero si no aprendemos de los errores que hemos cometido como sociedad, estaremos condenados a cometerlos nuevamente. En los últimos meses en cualquier conversación que sostengo en la calle o en reuniones con amigos emerge el mismo tema, ¿Quiénes suenan y quienes podrían ganar la presidencia de Tepeji?, incluso salen a relucir en las conversaciones algunas publicaciones de páginas en Internet que con tendencia manejan personajes que en realidad no aspiran a la candidatura y menos tienen posibilidad de triunfo, muchos de ellos buscan aparecer en estas listas o encuestas a sabiendas de que declinarán a favor de alguien con más posibilidades a cambio de la promesa de un puesto en el gobierno, una regiduría o por lo menos una aviaduría, ya sea para el mismo, la esposa, el hijo o hija o alguien de su grupo político que los defienda en el gobierno. Para ser honesto en estas listas hemos visto a más de 15 personas (algunos de los cuales causan mucha risa que en verdad piensen que tienen posibilidad alguna, ya que en realidad si figuran es porque son amigos de quienes desde los medios de comunicación hacen esas listas o incluso pagan para aparecer en ellas), pero en realidad cuando me han preguntado me he remitido a cuatro personas y a lo mucho tres partidos con posibilidades y estructuras que les dan la capacidad de hacer una buena campaña y tratar de ganar la elección. Pero en esta entrega no tratará sobre ellos, sus aptitudes y los pros y contras de cada aspirante a candidato, grupo político o partido que eventualmente los postularán en la candidatura. Dicho y aclarado lo anterior, tendremos que enfocarnos en lo que a nuestro criterio debería constituir los puntos más importantes que cualquier ciudadano de Tepeji debería atender en torno a las personas que aspiran a ser candidatos a presidente o presidenta municipal. La mayoría considera o se enfoca en si es buena persona, si es un profesionista destacado y exitoso, si son personas honestas y trabajadoras, sin olvidar que hay quienes se fijan si el candidato o candidata es guapo o guapa, porque así como hay buenos y malos políticos también existen malos ciudadanos y gente que tiene muy poco criterio, por ello esta columna está destinada a darles algunas pautas que les puedan ayudar a que una vez que los candidatos estén en campaña, puedan elegir a quien le darán su voto. Y no es que los aspectos personales y profesionales no valgan nada o que no sean importantes, pero en el pasado muchos hemos votado teniendo esos aspectos como argumentos de fondo y hoy la realidad del país y la situación del municipio nos obliga a mirar más allá. Es bien sabido que hay aspirantes a candidatos que han desarrollado una vida ejemplar como ciudadanos o profesionistas, y que tienen una imagen aceptada en muchos círculos, pero hoy se espera que sepan de administración pública y de gobierno, pues no pueden llegar al gobierno a aprender tal y como ha ocurrido en el pasado, pues llegan ignorado los aspectos más esenciales del gobierno municipal, su organización, las áreas de gobierno y sus objetivos, y no se diga de la gente que va en la fórmula con el candidato como regidor o síndico, la mayoría de ellos sólo llegan a aprender, a pasar vergüenzas y a hacer el ridículo en medio de una denota ignorancia y un sobresaliente ego, se convierten en meros levanta dedos y en poco tiempo hacen denotar la riqueza y opulencia en la que viven al ocupar el cargo, lo cual contrasta con su anterior estilo de vida más sencillo o sin los lujos, mismos que alcanzan en breve tiempo, las más llegan a creer que el cabildo es una pasarela de modas y como tal se comportan pues su mente no les da para más. Los candidatos deben saber que estado guarda la administración en términos generales, saber que presupuestos de obra se aplican, a cuánto asciende la nómina mensual, los fondos que se manejan y sus reglas de operación, el conocer el gobierno y su organización le permitirá a cualquier candidato saber en dónde pondrá los pies, le permitirá saber que puede comprometer y que no, y no llegar como lo han hecho muchos, prometiendo cosas o proyectos que jamás serán realidad, eso evitará que lleguen en la total ignorancia e inexperiencia a desarrollar ocurrencias y querer como hacen todos, inventar el hilo negro. El tener experiencia puede hacer una enorme diferencia frente a los cambios en el gobierno federal, pues hoy las reglas están cambiando y alguien que ya conoce puede ser factor a su favor, sobre todo frente a quien no sabe y llegará a aprender, por tanto los aspirantes a candidatos y candidatas tienen la opción de que si no se han desarrollado en el gobierno o en alguna de sus ramas, puedan asistir a cursos o diplomados en instituciones que les otorguen certificados de participar en dichos talleres. El que sean asiduos lectores de noticias, artículos de opinión y de otros materiales ayuda a que estén al día y puedan articular sus mensajes en torno a la realidad, y no como comúnmente sucede, emitiendo mensajes desfasados de la misma. En segunda los aspirantes a ser alcaldes deben entender que no pueden rodearse de amigos (menos si su modo de vida está en duda) y de gente que como único bono es vista como bien intencionada, pues la mayoría sólo generara problemas derivado de la falta de conocimientos y de su eventual ego, pues llegando a posiciones en la política su verdadero yo sale a flote y eso le generará más problemas que beneficios al eventual alcalde, eso se ha visto al por mayor, no por nada en muchos municipios las leyes impulsan que las personas que lleguen al gobierno tengan determinados estudios o experiencia, aun cuando los controles sobre la gente que rodea al alcalde deben aumentar y pasar por determinados estudios como se practican en empresas privadas, para determinar que tenemos a la mejor persona para el trabajo que van a desempeñar, y claro, que si muestran humildad, sencillez, apertura y buen trato con la gente, eso les garantizará un mejor desempeño y éxito en las encomiendas que se les asignen. El aspirante a candidato y eventual candidato o presidente, debe entender que los tiempos de asignar en cargos a amigos, a hijos de sus compadres, a la misma familia, a junior sin experiencia pero recomendados o hijos de familias pudientes, ya no es opción, como tampoco es opción colocar en cargos a gente por compromisos políticos, por pago de facturas por su trabajo en campaña o por pago de facturas a empresas o grupos que aportaron fondos a las campañas, porque eso obligará a los alcaldes a tolerar a gente que ni atiende bien, ni da resultados ni genera nada positivo para el gobierno y que el alcalde que tolera eso eventualmente le irá quitando bonos ante la sociedad por llegar con compromisos con su familia, con sus amigos o compadres o empresarios, antes que con la gente que le dio su voto. El aspirante a candidato y eventual alcalde debe entender de una vez por todas, que las cuotas de juventud no son por sí mismas una solución, que se deben buscar personas maduras (que no tienen que ver necesariamente con la edad), o personas que van por la vida exhibiendo sus excesos, gente seria, que aun cuando no sea profesionista, no pierda el piso por llegar al gobierno, que sepa que es un compromiso enorme y que entienda que saldrá eventualmente de ese empleo y que es mejor salir dando la cara sin la vergüenza de tener que bajar la vista o tener que casi desaparecer del pueblo. Criterios que lo mismo aplica para el equipo de campaña, que para el gabinete de gobierno y puestos en la administración, lo mismo y principalmente para el cabildo, en donde han llegado mucha gente ignorante, floja, sin iniciativa ni inteligencia para desarrollar su función, gente que sólo ha llegado a pavonearse y a presumir el cargo y evidentemente a hacerse ricos y sentirse realizados por ser personas influyentes, denotando un marcado ego y autoritarismo y su enorme prepotencia, porque al final nadie cambia con un cargo público, solo sale a flote la persona que en realidad eres, actualmente hay varios ejemplos así en el gobierno de Tepeji, penosos ejemplos que como único consuelo ya se van y jamás los volveremos a ver en la política, fue su debut y despedida, a Dios Gracias. Por último pero no por ello menos importante, el candidato, su partido y su equipo debe ofrecer alternativas reales en sus propuestas de campaña, articuladas en primera a la realidad y en segunda a la posibilidad que ofrecen los presupuestos y leyes, pues no hay nada peor que venir a ofrecer eso que en el fondo todos sabemos que no se va a poder lograr, porque el que cree en un candidato que ofrece bajarles la luna, se engaña el solo. Las ofertas políticas deben tener una plataforma muy sólida, clara, accesible, de preferencia expuesta en un documento que la gente incluso pueda tener en sus manos o en sus computadoras o celulares, porque al final serán una herramienta de reclamo en caso de que el eventual alcalde sufra de demencia o se desdiga de sus promesas de campaña. Lo posible debe hacer a un lado las ocurrencias y las promesas imposibles, por ello no se trata de exponer no sólo el que se piensa hacer, sino el cómo se van a hacer, porque ahí los ciudadanos pueden darse cuenta quien sabe de lo que habla y sabe cómo se pueden hacer cosas, y no solo quien expone lo que quiere hacer pero sin tener una idea remota de como hará eso que comprometió, pues ese tipo de charlatanes cuando llegan a ganar descubren que lo que ofrecieron es imposible de hacer. Si el candidato es buena onda o no lo es, si tiene su segundo o primer matrimonio, si le gusta tomar o no le gusta tomar, bailar, eso forma parte de su vida privada y aunque ellos deciden exponer toda su vida al escrutinio social, eso como medios de comunicación forma parte de su vida privada, aspecto que siempre defenderemos que no debe ser objeto de juicios que conlleven a la descalificación política salvo que sean contrarias al espíritu social de beneficio y convivencia.