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Los periodistas comen piedras
Por: Jorge Davish. Desde hace varios años (sino es que incluso una década) he querido hablar de los medios de comunicación en Hidalgo, aunque este tema lo he tratado desde otros enfoques, por lo que esta vez expondré lo que padecen los trabajadores de los medios desde las entrañas del mismo animal, y es que desde que se declaró la pandemia de Covid-19 SARS CoV2, la situación que viven periodistas, fotógrafos y personal que labora en los medios de comunicación se ha agravado, la situación ya de por sí era mala, y en los últimos meses varios compañeros perdieron sus empleos, otros padecieron recortes a sus sueldos (porque prestaciones prácticamente no existen), y a cambio sus jefes les siguen exigiendo las mismas o incluso más cuotas de trabajo, en medio de una pandemia que ya ha cobrado la vida de trabajadores de los medios de comunicación y de integrantes de sus familias, y que también ha dejado secuelas psicológicas de las cuales aún no tenemos claro si podrán superar. Las injusticias en los medios de comunicación son constantes, los abusos de dueños de medios y directivos contra periodistas son algo cotidiano y de eso puedo dar constancia por mi paso en muchos medios de la región Tula Tepeji y por diarios estatales como Síntesis y el hoy occiso Reloj de Hidalgo, el personal que sale a diario a generar los contenidos y noticias vive cansado de los abusos y de la falta de oportunidades para crecer en los medios, pero debido a que no tienen otras oportunidades se callan ante las injusticias. En la práctica desde hace muchos años los dueños de medios despiden a reporteros sin derecho a finiquito, pues muchos medios tienen a sus trabajadores en el esquema de recibo de honorarios, con lo cual el reportero a pesar de generar muchos años de labor en un medio, no genera ni antigüedad ni tiene derecho a los beneficios laborales que la mayoría de los trabajadores del país tienen, la estabilidad laboral nunca llega, menos ante un mercado creciente de jóvenes que desean integrarse a un medio de comunicación. Precisamente cansado de esta situación fue que hace 11 años decidí crear mi propio medio de comunicación, pues ya había padecido la salida de un diario estatal que a base de trabajo y esfuerzo consolidé en la zona como un punto de referencia en las noticias, y del cual me despidieron tras 5 años de trabajo y del cual el último año que trabajé no me habían pagado un solo peso, y el día que fui a reclamar me pedían negociar el adeudo de un año de salarios por un monto menor, al no dejarme y reclamar mi sueldo íntegro, el director del medio decidió despedirme. En realidad apenas un puñado de trabajadores, reporteros y personal que labora en los medios, que en su mayoría son o directivos, familia del dueño del medio y algunos administrativos, cuentan con un sueldo o salario formal, cotizan en el IMSS y cuentan con prestaciones como aguinaldo, vacaciones, les respetan sus incapacidades y en términos generales tienen una mejor situación que la inmensa mayoría de los trabajadores de los medios de comunicación, pero en general son los menos y son los que más edad tienen, al mismo tiempo que son los que menos habilidades tecnológicas han desarrollado y los que menos se han adaptado a las nuevas formas y esquemas de informar, son una especie en extinción en esta era de dura competencia, muchos de ellos se rezagan en los avances tecnológicos y son en suma, una especie que está destinada a extinguirse profesionalmente. Es irónico que los reporteros y periodistas que son quienes salen a la calle para darle voz a las personas de las injusticias que viven en sus colonias, en sus trabajos o en otros ámbitos de sus vidas, pero que al mismo tiempo sean los que más sufren injusticias en sus empleos y que además no las puedan exponer o denunciar, ya que de inmediato son tachados de revoltosos y entre dueños de medios o directores se corren la voz para que nadie los contrate. Cuando algún trabajador de los medios se anima a denunciar laboralmente un despido sin recibir lo que considera es justo por años de trabajo, los dueños de medios, o sea “periodistas”, recurren irónicamente a la mentira para desacreditar que el trabajador tuviera una relación de trabajo, ya me tocó verlo y con pena debo reconocer que no hice lo que debí hacer por no querer complicarme la vida con otros compañeros de los medios, pero hoy que por fin puedo escribir esta columna me arrepiento y me da pena la situación en la que ese compañero quedó al perder su fuente de ingreso teniendo ya una edad avanzada. Y es que como mencioné, la mayoría contrata a reporteros por honorarios, con lo cual el medio no genera prácticamente ninguna obligación con periodistas y reporteros, pero otros ganan por el pago de nota, y no necesariamente nota entregada, sino nota publicada, precios que en mis tiempos eran de 30 pesos por nota publicada, y que en el caso de un medio regional como los que hay en Tula y Tepeji, apenas suman de 300 a 500 pesos de ingreso por semana, por lo que un reportero debe buscar trabajar -como fue en mi caso hace por once años- para más de un medio para por lo menos compensar que la gasolina que se invierte, para que el pago del celular que usamos como herramienta de trabajo, y los viáticos, no se “coman” todo el sueldo, porque quien sólo cuenta con un empleo bajo este esquema, trabaja prácticamente para pagar lo que invirtió. De todos los abusos el peor que me tocó padecer fue en el canal 12 de Televisión por cable (Cablemás) de Tula de Arturo Mejía Espinos, ingresé a trabajar a insistencia de quien en ese entonces era un compañero de trabajo, pues no me gusta ni el estilo ni la forma en que se dan las noticias en ese medio. La exigencia en ese entonces era generar hasta 11 contenidos al día, pero el sueldo del canal era irrisorio, de 550 pesos a la semana cuando en ese entonces yo debía moverme en mi propio automóvil, pagar mi propia gasolina ( a razón de 800 por semana), usar mi teléfono personal (en ese entonces con un plan de renta mensual de 900 pesos), comer en la calle y demás gastos, por lo que ese “pago” no cubría ni la mitad de lo invertido, pero para ese momento yo trabajaba en tres o 4 medios para tener mas ingresos, como sea, apenas estuve unas semanas en el trabajo en ese medio, pues además el ambiente de sometimiento al personal era una losa muy pesada de cargar, un ambiente en el que se le debía dar todo tipo de lisonjas y aplausos al propietario del canal como única vía de ir escalando laboralmente o tener mejores sueldos, finalmente en medio de un escándalo dejamos el canal la persona que me insistió en ingresar y su servidor, pero la peor experiencia de mi vida ha sido la de trabajar en ese canal, el sueldo como dije era de risa, pues no es sueldo, te obligan a firmar una forma en donde aceptas que eres un colaborador, supongo que para evadir el tema de hacienda y aspectos legales, pero lo peor de todo al final fue ver como el dueño del canal y su mano derecha, una mujer, justificaron en ese momento que dos de sus empleados, un swicher y un merolico sin oficio, acosaran sexualmente a una compañera que tenía poco tiempo en el canal, en ese entonces yo cuando ingresé ella ya estaba así e ingenuamente asumí que así se llevaban hasta que un día en llanto la compañera terminó diciéndonos que no soportaba mas los acosos y que en ocasiones hasta le besaban el cuello cuando la tomaban de sorpresa, cosa que el final la periodista terminó confesándole a su padre quien furibundo fue a reclamar al canal, pero antes los dos directivos del canal justificaron los hechos y los dos compañeros no sufrieron ninguna medida en su contra ni fueron despedidos, eventualmente esa compañera dejó el canal y lo mismo su servidor, pero lo que ahí vive mucha gente que llega con ilusión a emplearse por primera vez en los medios, es un verdadero infierno, y esa es la otra cara que nadie conoce y que nadie se atreve a decir, para el caso siempre he dicho que hay medios para todo y de todas las formas, pero hoy desgraciadamente no se consolidan por su letras o trabajo, sino por sus relaciones, por las lisonjas, algunos hasta buscando identificar a gente homosexual en el gobierno ya que esa misma orientación sexual tienen algunos directores, buscando consolidarse por esta filiación sexual mas que por su trabajo, hay de todo, y en Tepeji los que abundan son los que tratan de hacer periodismo de cantina, porque en el pasado y debido a sus problemas de alcoholismo a eso se habituaron, pidiendo gorra para ir a una cantina y ahí encajarle el diente al alcalde haciéndole firmar abultadas facturas de sus medios (por servicios que ni siquiera se otorgaron), aprovechando la embriaguez de edil de turno, son muchos los que añoran que “los años dorados” de ese tipo de “periodismo” regresen , pues incluso justifican su alcoholismo diciéndole a todo mundo que un periodista que no es borracho es como una flor sin aroma, así, sin empacho ni pena lo argumentan para que la gente crea que ser periodista y ser alcohólico van juntos de la mano. Es verdad que los medios regionales y locales son frágiles por el tema de sus ingresos, por eso aparecen y desaparecen fácilmente, y es verdad también que los medios aquí y en China viven o subsisten de la publicidad que pagan gobiernos y dependencias además de empresas privadas (que son el menor de los ingresos), es verdad y lo dije en el pasado que esos pagos se convierten en una forma de control, pero es también verdad que medios regionales sobre todo alejados de la orbita del poder de Pachuca, escapan a esos controles. Por otra parte el Presidente de México ha generado una polémica errónea en torno al tema, dando a conocer pagos del gobierno de México a dueños de medios, comunicadores y empresas, asumiendo que ese pago por publicidad consiste per se en un chayote, cuando no todos lo que reciben dinero de publicidad de gobierno son chayoteros, hay quienes reciben pagos por publicidad de gobiernos y mantienen su critica y exponen los errores o lo negativo de sus mismos gobiernos, y esos pocos medios se les reconoce por lo que escriben, nadie puede tachar a un medio o reportero de chayotero sin antes someter con pruebas si lo es o no lo es por lo que escribe, pues ahí esta la prueba fehaciente de si es o no es chayotero, esa es la clave. Desgraciadamente para muchos reporteros de medios, la llegada de la pandemia de Covid terminó en primera por recortarles el sueldo, luego los dueños de medios a pesar del recorte, exigieron más material y más contenidos, pues hoy sin darles herramientas de trabajo les exigen no solo sus notas rápidamente, sino videos, les piden entrevistas, encuestas y demás cosas, muchos medios finalmente dejaron de pagar a sus empleados pidiendo que a pesar de ello continuaran mandando material, el colmo de los colmos. La pandemia de Covid agudizó la situación de reporteros y periodistas en los medios de comunicación, situación que quienes han laborado en el medio conocen pero que extrañamente no se da a conocer hacia afuera, pues por muy irónico que parezca, los reporteros que dan a conocer las injusticias en los gobiernos, dependencias o la sociedad, no dan a conocer lo que sufren en sus empleos, otro tema que prometemos abordar, es como la llegada de la cuatrote ha provocado que muchos medios perdieran la brújula en la forma de informar, pues es obvio que los medios como los diarios han venido perdiendo fuerza y credibilidad ante las redes sociales, y como en ese afán de no seguir perdiendo terreno, medios como por ejemplo Milenio, se han “trivializado” y han emulado las formas y contenidos que se divulgan en las redes sociales, para lo cual titula o cabecean notas de forma inapropiada o graciosa, usando el humor o un lenguaje de “youtuber”, así en sus redes sociales han relajado su manera de informar con la intención de no perder terreno ante las mismas redes, pero con ello perdiendo la esencia de los géneros informativos y la seriedad que debe caracterizar un medio, pues así sea radio, televisión, prensa escrita, reses sociales o cualquier nuevo medio que se genere en el futuro, el periodista debe mantener la seriedad en abordar las noticias, es verdad que incluso en la televisión se ven mas relajados los presentadores, pero no por ello se debe perder la seriedad, para que no afecte en la credibilidad, pues si el formato es mas de comentar la noticia, pues se asume que es algo de menor rigor a quien da a conocer o presenta la noticia, en suma es mi postura que los medios no deben emular a los youtubers o generadores de contenido, pues es una liga distinta, es un ámbito diferente, pues eso de que los medios hoy generen y divulguen memes creo que solo abona en su propia perdición y que con ello se pierde toda seriedad, por lo que el día de mañana si continúan por esa ruta no pueden ni deben exigir respeto a quienes les falten el respeto en las redes sociales, que de por sí ya son muchos. Los espacios pueden generar dentro de sus ofertas apartados para eso, comentar la noticia, hacer chacota con la noticia, pero si quieren mantenerse como medios serios deberán asumir que no pueden trivializarse ni emular a espacios en las redes sociales que generan contenidos de broma o para la diversión. Y en medio de las malas condiciones salariales, expuestos a contagios de Covid 19 al realizar su trabajo, con amenazas de cierres de sus fuentes de empleos y despidos, hoy cualquier hijo de vecino (movido por una gran ignorancia) se siente con derecho de insultar y decirle lo que le venga en gana a cualquier periodista, porque hoy la mal entendida libertad de expresión entre usuarios sobre todo jóvenes en las redes sociales, cree que esta libertad les da derecho al insulto, a la mentira y a la amenaza, hoy es fácil que cualquiera te diga (desde su ignorancia) como debe hacer su trabajo el reportero y que debe y que no debe escribir (sin saber nada de periodismo), hoy muchos creen que a los medios o al periodista el Facebook le paga por publicar sus noticias, y los mas ignorantes y pe…nitentes siguen creyendo que los periodistas comen piedras. FOTO CON FINES ILUSTRATIVOS
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