2018: ¿LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD?

Columna de opinión #ElDerechoaDisentir Por Itzae Valdez

En la fotografía resaltan las cartulinas fluorescentes, de las que utilizan los estudiantes de primaria para la tarea, escritas con mala caligrafía amenazas para el secretario de seguridad pública de Xalapa, con dedicatoria de algún grupo delictivo, quizás la poca fortuna para la ortografía llevó al responsable por este camino, quizás la falta de oportunidades lo trajo aquí, a abandonar una camioneta con los cuerpos desmembrados de 9 personas en una calle transitada de la capital veracruzana.
La postal de la prensa muestra el horror, ante la mirada de una sociedad colapsada por la violencia, perpleja, y a veces indolente. Es el Veracruz que fue de Javier Duarte, ahora de Miguel Ángel Yunes. La misma clase política.
En la primera quincena del año, la taza de homicidios se elevó considerablemente, mientras en la radio, televisión y ahora también las redes sociales somos asediados constantemente con spots políticos, es año electoral, el 2018, año en el que el Banco Mundial calcula un gris 2.1% de crecimiento económico, la constante durante los últimos años. Por su parte la Trades Union Congress (TUC) de Inglaterra pronostica un estancamiento del salario mínimo durante este recién iniciado año. 
México vive una crisis política, social y económica producto de un régimen político que en las últimas décadas ha entregado los recursos del país a capitales extranjeros, reducido el gasto público abriendo cada vez más la brecha entre ricos y pobres y ha perdido la capacidad de brindar gobernabilidad sumiéndonos en la violencia. 
Pero, ¿hay salida?, ¿existe una solución que nos saque del atolladero?, la insurrección social parece insuficiente, movimientos efervescentes como el gasolinazo resultan inefectivos por falta de organización, la ira no es suficiente, aunque estemos hartos. Las movilizaciones sociales son aplastadas y desarticuladas con la mano dura del Estado, o se le apuesta al olvido como con Ayotzinapa. 
Este año se presenta ante nosotros un panorama distinto, buscar el cambio a través de la vía electoral, pero con el riesgo de que suceda lo del año 2000 con Vicente Fox y la alternancia se convierta en la continuidad del mismo modelo. 
Las elecciones del 2018 son recibidas por una sociedad mexicana altamente consiente de la situación por la que se atraviesa, no significa que esa fuerza pueda orientarse hacia una movilización que pueda lograr transformaciones de fondo, pero sí en participación, que no implica mayor esfuerzo mas que salir a votar el día de las elecciones. 
Para este proceso electoral se presentan tres proyectos distintos y que vale mucho la pena analizar, el primero la alianza PRI, PVE y Nueva Alianza, encabezada por José Antonio Meade, cuya pre campaña no ha cumplido las expectativas de los líderes del tricolor, pues lleva a cuestas ser el responsable del gasolinazo durante su gestión en la secretaria de Hacienda, a la falta de carisma se ha tratado de presentar como alguien sumamente preparado, sin embargo no deja de ser un tecnócrata mas, que desde los años ochenta han servido a los intereses privados y extranjeros, como Carlos Salinas de Gortari. José Antonio Meade, representa la continuidad de la hegemonía priista.
En segundo lugar la alianza PAN, PRD, MC. ¿La derecha y la izquierda juntas? Después de un jaloneo terrible por el reparto de las candidaturas entre sus respectivas dirigencias se logró la coalición del llamado “Frente” quien impulsa a Ricardo Anaya Cortés, la joven promesa del Panismo más duro y conservador, que no le importó deshacerse de sus adversarios (Calderón, Madero, Mancera) a toda costa para ser el abanderado de la alianza. Las decepciones, el PRD y Movimiento Ciudadano, el primero cada vez más alejado de la senda de la izquierda y quizás condenado a desaparecer o convertirse en otro partido satélite después del 2018, el segundo a pesar de tener algunos, si no es que contados representantes populares valiosos, optó por sumarse a la alianza cuando pudo construir una opción verdaderamente ciudadana y democrática, su interés, el poder por el poder sin duda. Los 12 años que el PAN pudo demostrar que podía tomar las riendas del país de una forma distinta, simplemente no lo hizo. Son los responsables de la violencia en el país por la mal lograda “Guerra contra las drogas”.
Por ultimo, la alianza Morena, PT y PES, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, seria la tercera participación del tabasqueño en unas elecciones ¿la diferencia? la enorme simpatía que ha generado Morena, a pesar de ser un partido de reciente creación, lo que lo ha colocado en el puntero de las encuestas, aunque también lo hicieron en 2012 y el resultado fue el regreso del PRI al poder. 
En los últimos días se dio a conocer la presencia en México del “publicista” Juan José Rendón (J.J. Rendón), experto en guerra sucia y supuestamente vinculado al narcotráfico, el objetivo, golpear al candidato de Morena. 
¿Los independientes? Aunque en lo personal no termina de cuadrarme la idea de las candidaturas independientes, por múltiples factores, aunque existan excelentes exponentes como Kumamoto o Clouthier, no dejan de ser guerreros solitarios condenados a la derrota por la partidocracia Mexicana, sin embargo tienen el enorme mérito de abrir una brecha para la participación ciudadana que quizás en algunos años se transforme en una verdadera opción. 
Para las elecciones de 2018, se presentan varios competidores en busca de una candidatura independiente, los mas adelantados Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, Jaime Rodríguez “el Bronco” un ex priista que llegó por la vía independiente al gobierno de Nuevo León y que criticó duramente a quienes sin terminar un cargo brincaban a otro y finalizó haciendo lo mismo, ambos han tenido un proceso turbio en la recolección de sus firmas. Y la más valiosa desde mi perspectiva, María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, la candidata impulsada por el Congreso Nacional Indígena, que representa el intento de visibilizar la situación de los indígenas en nuestro país. 
Lo violencia, la difusión de rumores y la campaña de miedo vividas en el proceso electoral del Estado de México, llamado por algunos expertos como “terrorismo electoral” fue el ensayo para las elecciones de este año, esa es la estrategia que se implementará para inhibir la participación en el proceso electoral. 
El camino para lograr una transformación paulatina del país es el voto útil para quien represente la opción de cambiar totalmente de régimen, la clave esta en salir a votar informados, consientes y de manera masiva para evitar otro fraude electoral. El voto útil es nuestra arma en 2018. Suyo es el miedo, nuestra la esperanza.

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