Arriban peregrinas provenientes de Querétaro a Tepeji

El día de hoy por la mañana llegaron a la comunidad de Ojo de Agua en #Tepeji 24 mil peregrinas provenientes principalmente del estado de Querétaro, pernoctarán en la cabecera municipal y durante la madrugada reanudarán su camino al santuario de la virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, esta peregrinación en las más larga por los días de camino y la segunda más nutrida en el continente americano.
Se cumplen 127 años de esta muestra de fe (en el caso de la peregrinación de hombre ya que las mujeres llevan menos años de participar oficialmente) que este año reúne a más de 50 mil personas en su camino a la Basílica de Guadalupe, la mayoría son mujeres queretanas pero igualmente vienen caminando mujeres de Guanajuato y San Luis Potosí, algunas cumplen una travesía de 7 días adicionales a la peregrinación que parte de Santa María Guadalupe en el estado de Querétaro, las católicas provenientes de la comunidad de Neblinas en San Luis Potosí
Autoridades del municipio alistaron operativos de seguridad, de sanidad y de protección civil para recibir a las peregrinas el día de hoy que pernoctan en el municipio en su camino a la Basílica de Guadalupe en el Distrito Federal, meta que alcanzan la mañana del domingo 23 de julio.
La peregrinación es la más grande de México y la segunda de América Latina por el número de fieles y por los días de camino de Querétaro hasta la Villa de Guadalupe, la peregrinación representa en promedio un viaje de más de 200 kilómetros a lo largo de más de 12 días en los que caminan hasta 8 horas al día.
La segunda peregrinación más importante de América Latina sale cada año desde hace 127 años de la comunidad de Santa María Guadalupe en el estado de Querétaro, previo a la salida habitantes de la localidad de Neblinas en San Luís Potosí viajan hasta una semana para unirse a sus hermanas de viaje, lo mismo peregrinos de Guanajuato y en el camino se les unen personas del estado de México e incluso católicos de Hidalgo.
El mal tiempo, la lluvia, el hambre, el cansancio y las lesiones además de las penurias de no tener donde dormir con comodidad, asearse y curar sus heridas, no impiden que la gran mayoría de los hombres y mujeres que iniciaron la marcha arriben hasta el santuario de la Guadalupana en donde llegan para dar gracias por los milagros y favores recibidos y pedir por algún enfermo o algún familiar en desgracia.
El contingente de hombres, el más grande de los dos grupos, llega el viernes por la madrugada e igualmente pasan la noche sobre todo en patios, predios o inmuebles de muchas familias que cada año les proporcionan comida y hospedaje, continuando su marcha por la madrugada del sábado y concluir el domingo por la madrugada con una misa en la Basílica para ese mismo día regresar a sus sitios de origen.

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