Hoy se cumple un año del asesinato de Renata Spencer (I.H.O.G.), el homicidio causó dolor a su familia y una gran conmoción entre los habitantes del municipio y en particular en los integrantes de la comunidad L.G.B.T. Su cuerpo fue encontrado semidesnudo en el campo Los Reyes la mañana del 9 de marzo de 2019, Renata Spencer contaba con 19 años de edad y a pesar de su corta edad tenía muchas amistades quienes reclamaron por el asesinato y exigieron una investigación que arrojara como resultado el castigo al o a los responsables. La comunidad L.G.B.T. repudió su asesinato y el 10 de marzo marcharon para pedir justicia para Renata Spencer, catalogaron el homicidio como un acto de odio contra esta comunidad. A un año de su asesinato como medios de comunicación no conocemos resultados de las investigaciones, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo habitualmente reporta en este tipo de casos -por ser de interés de la ciudadanía- avances que sin entorpecer las mismas investigaciones, le aporten la tranquilidad a los ciudadanos de que se trabaja en la carpeta de investigación para detener a los responsables del homicidio, pero en este caso no hay tal informe, independientemente de los reportes que le entreguen a los familiares. El temor de que su asesinato quede impune parece que se volverá realidad, todo esto en momentos donde los hidalguenses y particularmente los habitantes de Tepeji del Río no tienen ninguna confianza en las distintas corporaciones policíacas y de seguridad además de la Procuración de Justicia. A tal grado ha caído la confianza en las autoridades que pocos se animan a denunciar ante el Ministerio Público cuando son víctimas de algún delito. Nadie parece hacer nada para remediar la pérdida de confianza ciudadana en las instituciones, la pérdida de confianza alcanza preocupantes niveles de profundidad, hoy en cualquier reporte sobre la inseguridad que presentamos en Contrapuntos igual leemos las expresiones de ciudadanos hartos de la situación de inseguridad que llaman a linchar a delincuentes, a cortarles las manos y a otro tipo de expresiones violentas, todo apunta que estamos a un paso de cruzar una línea sin retorno, y si eso pasa los culpables serán los omisos y los que han desatendido su labor, dar seguridad a un pueblo que ha dado muchas muestras de estar cansado de tanto delito y de una delincuencia que opera con total impunidad.